martes, 31 de julio de 2018

Huelga de amores - Divididos


Ellos vinieron, nos encubrieron;
aquí encontraron, dioses que danzan,
y nos dijeron,"cerra los ojos,
dame la tierra, toma la biblia".
Huelga de amores, huelga de amores,
huelga de amores, en el paseo las flores.
Patriotas importados, nativos sin oreja.
La muerte grita, tierra! Y el canto chacarera.
Y nos dijeron "Tiempo es dinero
y en esta tierra sos extranjero".
Huelga de amores, huelga de amores,
huelga de amores, en el paseo las flores.
La historia escrita por vencedores,
no pudo hacer callar a los tambores.




domingo, 29 de julio de 2018

La moda sí incomoda: Cómo detener el plagio de marcas como Zara y Rapsodia a los pueblos indígenas


La falta de registro de derechos de autor de bordados de artesanas permite que grandes marcas plagien sus diseños. ¿Nos importa quien hizo nuestra ropa? ¿Tenemos conciencia sobre qué es el ‘comercio ético’ y el respeto al patrimonio cultural?

Está claro que en este llamado mundo global y neoliberal pareciera que todo es de todos, o según la mirada de las grandes empresas, lo mío y lo tuyo es mío. Lamentablemente bajo este discurso los pueblos indígenas y su patrimonio cultural quedan a merced de quienes quieren sacar provecho sin compensar ni dar ningún reconocimiento a la tradición textil de siglos.


El estudio “El Acervo Mexicano: Legado de la cultura” de los investigadores Erika Galicia, Isasmendi Fernando, Quiles García y Zara Ruiz Romero, demuestra que existe un precario reconocimiento de los estados y una nula protección a los artesanos. “Gente como Mara Hoffman, con una mano en la cintura, vende hermosos bañadores hechos de telas estampadas con diseños originales de los tenangos de Doria, México; Stella Rittwagen triunfa añadiendo cadenas a los bolsos wayuu de Colombia; Madonna, en su rebel heart tour 2015, viste a sus bailarinas como sofisticadas tehuanas bajo la marca Gucci, o la firma argentina Rapsodia reproduce una blusa de San Antonino Castillo Velasco, Oaxaca, para su última colección de invierno 2016. Todo ello, sin que los otomíes, los wayuu, los zapotecos del istmo y los zapotecos del Valle sean consultados”, establece el documento.


De la misma manera señalan que, “tenemos a la londinense Kokon To Zai copiando el estampado de una parca de piel de caribú con diseños sagrados (inuit) de protección de un chamán, impresos en una simpática sudadera; la marca Zara -que tiene varias denuncias de plagios- sacó al mercado una blusa con bordados de Ahuacatenango, Chiapas; o lo visto recientemente en pantalla grande en los primeros minutos de la multinominada película “La La Land”, donde aparece, una cortina de baño con diseños de Tenango de Doria, de Pottery Barn, NYC. Una vez más, ninguna consulta, ni una mención a los pueblos inuit, tseltales u otomíes que sirvieron de inspiración”.

Alrededor del mundo se suman las casas de diseñadores como Hérmes, Pineda Covalin, Louboutin, Nike, Toms, la gran mayoría haciendo uso de diseños y patrones textiles que forman parte del patrimonio biocultural y saberes ancestrales de pueblos indígenas, desprovistos de un marco legal que proteja la propiedad intelectual colectiva.

Cabe mencionar que recién en 2015 se generó un debate tras el plagio de la diseñadora Isabel Marant, que copió la blusa Tlahui originaria de Tlahuitotepec de Oxaca. La denuncia la realizó la cantante mexicana Susana Harp, produciendo que el valor comercial de esta prenda aumentara un 300% lo que terminó por beneficiar a las artesanas.


Sin embargo, no es el único caso y no todos han terminado bien. En octubre de 2017 la reconocida marca española Mango, puso a la venta un suéter con el tradicional bordado de Tenango. No era la primera vez que se plagiaba este colorido bordado, pero tras una denuncia que se viralizó rápidamente, la prenda fue retirada de las tiendas aunque nunca se reconoció la evidente copia.

La réplica de la marca Lowe al textil andino originario de Ecuador, es una prueba de que las marcas de lujo también se “roban” los diseños tradicionales.
Una de las empresas de fast fashion más cuestionada por las evidentes copias es Zara. En el año 2016 fue demandada por plagiar la blusa icónica de Chiapas y el famoso chaleco de Aguacatenango, sin pedir autorización a los creadores.


Pero las demandas o las críticas no han detenido a Zara. En febrero de 2017 la comunidad Chinanteca denunció a través de su Facebook el plagio de su blusa y huipil tradicional. Este grupo de artesanos solicitó el apoyo de las autoridades para proteger su patrimonio cultural porque la empresa de ropa la vendía en pesos chilenos a unos 100.000 pesos y las artesanas, debido a la necesidad, las comercializaban a tan sólo 13.000 pesos chilenos.

La marca argentina Rapsodia se supera a sí misma. Sus costosas prendas se inspiran en múltiples culturas y sin ningún pudor cobran desde los 150.000 pesos chilenos, hasta los 650.000 por un vestido o una chaqueta, sin jamás emitir un comunicado sobre los plagios.


Rapsodia también copió la blusa de San Antonino Castillo Velasco, y Madewell el huipil de San Andrés Larrainzar. El “huipil” es un traje típico de los triquis, usado como un vestido que empieza en el cuello y cubre todo el cuerpo hasta llegar a los tobillos. Se constituye principalmente del color rojo en distintas tonalidades, los demás colores que lo acompañan son vivos y llamativos. El huipil triqui es tejido en telar de cintura. Anteriormente era elaborado sólo por mujeres, pero actualmente hay hombres y niños que se empiezan a interesar por aprender a realizar estas bellas prendas. El huipil es un símbolo de identidad, por lo que las mujeres lo portan con orgullo diariamente.

Comercio ético: Un proceso de aprendizaje
La organización Impacto en México ha logrado convertirse en un gran apoyo para las artesanas ya que busca incidir en varias formas en las comunidades indígenas. Primero, busca visibilizar y reconocer la labor de las trabajadoras textiles; segundo, acercar a diseñadores o pequeñas empresarias que buscan comercializar los productos, pero pagando un precio justo, bajo el principio básico de respetar su trabajo.


Es por esto que se encuentran con la mirada atenta y no temen enfrentar a las grandes marcas de la industria de la moda para exigir que se detenga el plagio o se le otorguen los derechos de autor a los diseños de los trajes típicos de las indígenas. Sin embargo, Impacto señala también que el debate atraviesa por un hecho clave: ninguno de los diseños de las comunidades está registrado bajo el derecho de autor.

Kathia Loyzaga, directora de comunicación de Impacto explica que esto no tiene razón de ser. “El conocimiento sobre los brocados y los diseños se pasa de una generación a otra entre las comunidades y es una muestra de distinción entre cada poblado. Para ellos, no existe la idea occidental de la propiedad intelectual porque el conocimiento es de la comunidad”.

Además, otro problema sería cómo determinar de quién es propiedad un diseño tradicional.


“Para determinar la titularidad del derecho de autor habría que ver el origen. Una opción podría ser la propiedad colectiva, pero al no encontrar el origen, se rompe el derecho y (complica) a quién le damos la titularidad del derecho”, explica Carlos Blanco, especialista en derecho del Tecnológico de Monterrey.

La historia de Rosa
Impacto se toma en serio su lucha para combatir la desigualdad y extrema pobreza en las comunidades indígenas. Por eso relatan la historia de Rosa, una de los 2.100 adultos que solo estudió la primaria y no pudo avanzar a la secundaria para completar su educación. Aun así, tuvo más suerte que el 28 por ciento de la población del lugar -unos 689 habitantes- que no saben leer ni escribir. Ella es de las pocas que sabe español y lo habla bien, aunque con menos fluidez que el tzotzil, su lengua materna.

La idea de la capacitación se está entregando con un enfoque práctico, por eso Rosa y una decena de mujeres, acudieron a una reunión con una diseñadora de modas y una pequeña empresaria que vende ropa para niños con bordados tradicionales en la zona turística. Desde hace cinco años, las mujeres tzotziles hacen artesanías que se comercializan en otras regiones del país, a través de un modelo de trabajo llamado “comercio ético”.

Esta actividad formativa es un puente entre las artesanas y los interesados en comprar y vender los productos artesanales, con la condición de respetar los conocimientos de las mujeres e involucrarlas en el proceso de diseño de cada pieza, y de pagar su trabajo por hora.

Así, por ejemplo, mientras las artesanas vendían un cojín de 50 centímetros con brocados hechos en telar de cintura a 10.000 pesos chilenos, en la zona turística de San Cristóbal de las Casas, ahora lo cotizan en 60.000 pesos chilenos. Es un modelo laboral que, refieren, valora y respeta su trabajo.


¿Estamos haciendo algo?
¿Nos importa que nos ponemos? ¿Cuestionamos a estas marcas por estos abusos? Claro que no. En Chile aún no hay conciencia social sobre la moda, si me gusta cómo me veo, no quiero saber quiénes elaboraron mis prendas y menos conocer el impacto social que su fabricación nos genera.

Pero, no todo es oscuridad en las pasarelas. Existe un movimiento en Chile y el mundo llamado “Fashion Revolution” que busca reconstruir los vínculos rotos en la cadena de suministros de la industria de la moda. Creen en una industria de la moda que valore a la gente, el medioambiente, la creatividad y la ganancia en la misma medida. Para ellos, es responsabilidad de todos asegurar que esto suceda.

En Chile, por ejemplo, quieren enfocarse en la producción local de materias primas y manufactura. Visibilizar la creatividad de los y las diseñadoras locales que trabajan e innovan por una moda más sustentable; rescatar el patrimonio creativo y técnico de los pueblos originarios y otras tradiciones; e invitar a los consumidores, marcas y tiendas a cuestionarse, descubrir y actuar, frente a los costos de una industria que pierde la perspectiva de quienes están detrás de la producción de cada prenda de ropa.

Hace un tiempo, algunos ciudadanos del mundo generaron una campaña en twitter bajo el hashtag #elorigensicuenta que pretende denunciar a las marcas que abusan de la falta de protección legal y que generan estas prácticas en la moda, buscan llegar a la conciencia de los compradores para llevarlos a ser responsables en el consumo.

Fashion Revolution Chile bajo la consigna #Yohiceturopa, se han reunido con trabajadores textiles para conocer la dura y precaria realidad que viven las más de 650.000 personas de este rubro. Pablo Galaz,coordinador nacional, de Fashions Revolution afirma a El Desconcierto que “El convenio 169 de la OIT consagra el patrimonio cultural de los pueblos originarios como derechos inalienables, y la moda debe respetar sus formas de comunicación y relación con la naturaleza”.

Añade que Chile está en deuda, ya que “hay una legislación que duerme en el congreso sobre la protección del maqui y esta propuesta no considera resguardar el patrimonio cultural de los pueblos ancestrales”. En este sentido “nosotros como organización entendemos que el diseño tiene un espacio específico en los pueblos originarios y es una forma de comunicación hereditaria y se conectan con la naturaleza y la cosmovisión, por tanto, las marcas no puedes apropiarse, usurpar y desfigurar esas imágenes” reafirma Galaz y nos invita a revisar el manifiesto de fashion revolution.

Por Ingrid Garces para El Desconcierto el  28 de Julio de 2.018.


Amar la Diversidad


Ella la miro y le dijo 
amiga...
Si yo te destruyo, me destruyo
Si yo te honro, me honro
Si te amo yo también me amo…
Sanar mi niña herida decide
si me pierdo o no de ser yo misma.
Y, obviamente, esto puede sanar todo mi linaje

Mauricio Sol



Primer Diccionario Mbya Ayvu Español - Español Mbya Guaraní - Presentaciòn Oficial en la Biblioteca Nacional

10 de Julio de 2018 día histórico para la Interculturalidad
Presentaciòn del Primer Diccionario Mbya Ayvu – Español que realiza un aporte histórico a la visibilizarían de la Cultura del Pueblo Originario Mbya Guaraní.

Primer Diccionario Mbya Ayvu – Español / Español – Mbya Guaraní
Anexo Pentatraductor Temático Mbya Guaraní – Castellano – Guaraní – Portugués – Inglés

Luego de un arduo trabajo de investigación realizado por los Profesores José Javier Rodas y Kuaray Poty Carlos Benítez, se ha publicado el Primer Diccionario Español-Mbya Guaraní con el sello de la Editorial Universitaria de Misiones, publicación inédita y primera en cuanto a la lengua originaria materna en la Provincia de Misiones y en la República Argentina.













































sábado, 28 de julio de 2018

EL AMOR...



EL AMOR ES EL ARQUITECTO DEL UNIVERSO…



Lenguas Indígenas en América Latina

GENITLEZA: FERNANDO MIGUEL PEPE (COLECTIVO GUÌAS)

Visita a Punta Querandí / 8 de Julio de 2018




Con renovado empuje por la participación de un grupo de jóvenes del Movimiento Evita y la visita del director Javier Rodas de la Escuela Intercultural Bilingüe de la Aldea Mbya Guaraní Jasy Porá de Misiones, se llevó a cabo una jornada con diversas tareas de fortalecimiento de la Comunidad Indígena Punta Querandí. Semana a semana reafirmamos el derecho a desarrollarnos libres y en paz en nuestro territorio, espacio ancestral de los pueblos originarios ubicado entre Dique Luján (Tigre) y Maschwitz (Escobar).

Tal como estaba previsto, desde las 9 de la mañana las actividades estuvieron centradas en la ampliación del Museo Autónomo de Gestión Indígena, el corte de kapi'i ñarõ (paja brava) para nuestra Maloka - vivienda comunitaria - y en la huerta, entre otras tareas. Al mediodía compartimos un exquisito guiso de pollo cocinado en el fogón para recargar energías, en una jornada que fue fresca como se anticipaba pero no tuvo lloviznas.
Entre las visitas estuvo un reconocido educador de la provincia de Misiones, donde se desempeña hace más de 20 años con comunidades mbya guaraní. Luego de compartir el almuerzo, en una ronda de presentación, Javier Rodas nos donó un libro para la biblioteca que está gestando en Punta Querandí y luego en diálogo con el Consejo de Comunicación, expresó: “El territorio hace a la esencia de los pueblos originarios. Estar asentado donde históricamente los ancestros vivieron, representa la resistencia por el recupero de la tierra donde nuestros abuelos han estado”, manifestó Javier.

Y agregó: “Quería venir porque sé de la lucha, del encuentro de vestigios arqueológicos, de todo lo que representa el lugar y que fehacientemente ha habido población originaria, como en casi todo el continente. Quería conocer a todos los hermanos que a través de la fuerza, de la unidad, de la constancia, de la perseverancia, están luchando por este lugar sagrado que es Punta Querandí”.

Sobre los múltiples significados que posee la comunidad en el territorio, el fundador de la Escuela Intercultural Bilingüe N° 941, de la Aldea Jasy Porá de Puerto Iguazú, agregó: “Es una conjunción de distintas cosmovisiones originarias que a través de sus espacios representativos como la Maloka, el Opy o la Apacheta, demuestran la identidad previa a la llegada de los conquistadores, me parece digno y vital. Es importante saber de dónde se proviene, conocer y respetar nuestra heterogeneidad étnica y cultural para poder hablar de interculturalidad”.
Javier vino acompañado por Andrea Romero, vecina del conurbano bonaerense, de la ciudad de Longchamps (Almirante Brown), quien relató: “Venía siguiendo hace rato la página, me encanta toda la lucha, me llevo algo muy bueno dentro mío”.

"POTENCIAR ESTOS LUGARES DE TRABAJO COMUNITARIO"
Punta Querandí ha sabido cosechar la adhesión de variados dirigentes políticos de Tigre. Por citar sólo dos, Luis Cancelo (ex ARI) y desde hace media década, Federico Ugo (ex concejal del FPV y referente del Movimiento Evita). De esta última organización vino un grupo de jóvenes cuya referente, Milagros Santillán, manifestó: “Gracias por la invitación, hemos aprendido muchas cosas: la importancia del trabajo en comunidad y el respeto a la tierra y la naturaleza como principal fuente de alimento y supervivencia”.

“Nos sentimos muy orgullosos de haber estado trabajando a la par de ustedes pero principalmente nos sentimos orgullosos de su comunidad por la resistencia que tienen a estas presiones que ejerce el sistema capitalista y el abandono en general del Estado”, expresó la mujer de 23 años y vecina de Benavidez.

Para la referenta juvenil del Evita, “la participación de los jóvenes en estos espacios es muy importante para generar conciencia de lo que nos rodea” y agregó: “hay que frenar un poco el carro y entender que se están perdiendo cosas muy importantes y que solamente las vamos a recuperar volviendo a nuestros verdaderos orígenes”. Uno de los caminos en ese proceso es “potenciar estos lugares de trabajo comunitario y defendiéndolo todos los días, dentro del territorio y fuera de él”.
“Hay tres momentos que no voy a olvidar nunca y me hacen querer volver a trabajar a Punta Querandí”, señaló Milagros. El primero fue “cuando cortamos paja todos juntos, ver las manos sangrando pero sentir un sentimiento de plenitud, de paz, de tranquilidad; el compañero Reinaldo nos explicaba esto de pedirle permiso, hablarle como a un par, sentir a la tierra como nuestra madre”.
El segundo momento lo describió así cuando “fuimos entre los árboles a buscar la arcilla, a escarbar entre la tierra y encontrarla como un bloque”. Y al respecto, reflexiónó: “La arcilla representa lo que es la comunidad: un bloque que está entre mucha tierra pero está consolidada, fuerte y sirve para hacer un montón de cosas”.

Y por último destacó “el sentarnos en una ronda y hablar todos por igual, expresar nuestros sentimientos, sentir la emotividad del espacio, poder hablar con el otro igual a igual, que nadie te interrumpa y que todos te den las gracias y te saluden desde sus raíces, desde su costumbre o desde su lengua y que te hablen como si fueras un amigo, un hermano”.
Milagros contó que fue gracias a Federico Ugo, ex concejal de Tigre y vecino de Dique Luján, que hicieron la conexión con Punta Querandí. “Fede nos sugirió que sería un espacio muy lindo para trabajar, nunca nos habíamos animado a participar y gracias al empuje que nos dio él pudimos conocerlos a ustedes que son un gran ejemplo de lucha y de resistencia”.

“Creemos firmemente que la tierra es de quien la trabaja y la resiste con su cuerpo y con su vida como hacen ustedes”.
Punta Querandí es una comunidad indígena pluriétnica enclavada entre los barrios privados, en una zona ancestralmente habitada por querandíes, chanás y guaraníes, que hoy corre peligro de desalojo por un juicio iniciado por Jorge O’Reilly, presidente de la desarrolladora inmobiliaria EIDICO. A la vez que amenaza a nuestra comunidad, este empresario es uno de los responsables de la destrucción del equilibrio ambiental en nuestra región, lo que dio como resultado el aumento de las inundaciones, el desplazamiento de pobladores históricos y la devastación de cementerios indígenas.
Fuente: Punta Querandì