Un espacio destinado a fomentar la investigación, la valoración, el conocimiento y la difusión de la cultura e historia de la milenaria Nación Guaraní y de los Pueblos Originarios.

Nuestras culturas originarias guardan una gran sabiduría. Ellos saben del vivir en armonía con la naturaleza y han aprendido a conocer sus secretos y utilizarlos en beneficio de todos. Algunos los ven como si fueran pasado sin comprender que sin ellos es imposible el futuro.

sábado, 29 de agosto de 2015

Escuela Intercultural Bilingüe Nro. 807 de Fortín Mbororé, Misiones


La Escuela como oportunidad de futuro

Escribe: Julieta Montero
El edificio de la Escuela Intercultural Bilingüe Nro. 807 es nuevo, amplio, brillante como la tierra roja sobre la que se levanta. Pero en la Aldea Fortín Mbororé, la comunidad mbyá guaraní más grande de Misiones, las cosas no siempre fueron así. Mucho ha cambiado en estos casi 30 años de escuela.
Cuando el Dr. Luis Honorio Rolón la fundó en 1986, era una escuelita municipal con 15 alumnos entre niños, jóvenes y adultos. Ángela Sánchez era docente, directora y portera. Hoy asisten todos los días 413 chicos y 28 docentes, entre los que se encuentran cinco auxiliares docentes de origen mbyá guaraní. Además de la escuela primaria, hace unos años se incorporó el nivel inicial y en 2014 comenzó a funcionar la secundaria.


Ese crecimiento fue acompañando en buena medida el crecimiento de la comunidad, que en estos años pasó de 25 a 300 familias. Sin embargo, maestros y padres reconocen que los saltos mas significativos se produjeron a partir de 2005, como resultado de una serie de cambios que vinieron de arriba, de abajo y del costado.
Algunos de esos cambios son el resultado de la sanción de la Ley Nacional de Educación, que estableció un nuevo marco para la Educación Intercultural Bilingüe y creó el Consejo Educativo Autónomo de los Pueblos Indígenas (CEAPI), una entidad representativa de los pueblos originarios a nivel nacional. Otros cambios resultaron de políticas más generales pero con impacto local, como la Asignación Universal por Hijo (AUH), que facilitó la inserción temprana de los más chicos de la comunidad, celosamente custodiados por sus madres.

Pero todas estas causas desde afuera se encontraron con necesidades y demandas desde la propia comunidad, con nuevas expectativas puestas en la escuela que encontraron respuestas desde adentro. Estos cambios de intereses, objetivos y formas de organización de la enseñanza suponen un desafío para la escuela y también para la comunidad, en la búsqueda de nuevos equilibrios entre la tradición y el futuro. Equilibrios donde los protagonistas son muchos y diversos.

Maestros de compromisos múltiples
Por lo que cuentan, quienes trabajan en esta escuela la eligen, no llegan acá sin saber o querer. “El maestro de esta escuela no es cualquier maestro”, dice Estela, la directora. Y no hay dudas de eso. Un maestro una vez llevó un pulmón de vaca. Otra atendió un parto y escribió un libro. Y otro tiene un blog sobre los derechos de los pueblos indígenas con más de cien mil seguidores.

Estela Britez, que llegó hace 28 años y es directora de la escuela desde 1998, habla guaraní de cuna: sus padres son paraguayos emigrados a Alem. “Todo lo que yo traía del magisterio lo guardé un tiempo y recién cuando empecé a conocer a los niños de la comunidad y a entender un poco la cultura me animé a decir‘bueno, esta es la manera de trabajar con estos niños para que lo que yo les enseño les sirva realmente’”. Ese aprendizaje de años convierte en la actualidad a esta escuela en un referencia sobre educación intercultural bilingüe para otras instituciones de Misiones.

Petrona González es maestra de quinto grado. También habla guaraní de cuna, porque nació en Paraguay. “A mi me gusta hacer lo que a los chicos les gusta, es la única forma de que ellos se apropien del aprendizaje”, dice. Por eso hizo un trabajo con los chicos sobre hierbas medicinales, a partir de saberes que aprendió de su propia familia y de los aportes de los abuelos de Mbororé. De esa experiencia surgió un material de lectura usado en toda la provincia, ilustrado por los propios chicos. Petrona también escribió el libro bilingüe Raíces vivas, en la que recopila cantos, oraciones y otros elementos de la cultura local, un trabajo que le llevó más de 10 años y que fue declarado de interés provincial.


Ricardo Bley es maestro de matemática y ciencias naturales en sexto y séptimo grado. Aunque es misionero, aprendió guaraní de los chicos cuando trabajaba en primero y segundo año. Para ciencias naturales salen de paseo por el monte a ver lo que se explica en el aula. Y en ovaciones especiales, preparan proyectos especiales. “El año pasado hicimos una máquina para destilar. Como los chicos estaban tomando chocolatada, pusimos un poco en la máquina y del otro lado salió agua. Hasta el cacique estaba sorprendido”.

José Javier Rodas también es maestro en la escuela y especialista en enseñanza intercultural. Él fue uno de los motores para la concreción del nuevo secundario. Su compromiso va más allá de la escuela y es también con la difusión de esta cultura. Por eso escribió el libro Los Derechos de los Pueblos Originarios y actualiza el blog Crónicas de la Tierra sin Mal, en donde recopila noticias de interés sobre las comunidades nacionales y regionales y que hoy tiene 233.128 seguidores en Facebook.

Los jóvenes: nuevos maestros
Beto, Diego y Alberto Benítez son mbyá guaraní y nietos Dionisio Duarte, un viejo y querido Cacique General de Misiones. En la escuela trabajan desde 2005 como Auxiliares Docentes Indígenas (ADIs), con la tarea de acompañar a los demás maestros y enseñar la cultura y la lengua guaraní. Y al igual que sucede con los anteriores, su compromiso con la transmisión de su cultura va mucho más allá de las paredes de esta escuela.
Como su primo y su hermano, Diego llegó a ser ADI a través de una convocatoria del Ministerio de Educación de la provincia, en la que se capacitaron varios jóvenes mbyá guaraní. Una vez que terminaron la formación de dos años y aprobaron el examen final, fueron ubicados en escuelas de destino con la aprobación de la comunidad. Los Benítez, aunque no son de Fortín Mbororé, vinieron a la Escuela 807.

Para Beto, su trabajo no es cualquier trabajo. “Lo que aprendí de mi abuelo se los enseño que hoy a los chicos”, dice, “y por eso me gusta mucho enseñar, porque viene de mi raíz, de mi abuelo”. El trabajo de los ADIs es para él un trabajo sobre la palabra. “Decía mi abuelo que el ayvu, la palabra, es inmortal. La palabra si vos la sabés escuchar e interpretar nunca te la olvidás y eso que aprendiste un día se lo vas a enseñar a tus hijos y ellos la van a llevar. Por eso la palabra nunca muere, se lleva de generación en generación”.

Esa palabra heredada no es solo para los mbyá, es para todos. Porque contar la cultura es para Beto una forma de luchar contra la discriminación que aun existe.“Hay mucho desconocimiento de la cultura guaraní, porque los libros dicen que somos nómadas o cazadores- recolectores, pero las costumbres cambian, nosotros cambiamos (…) Pero no es tan fácil discriminarte si te conozco y sé de dónde venís”. Con su trabajo, aporta un granito de arena que lo llena de orgullo. Como lo llena de orgullo también ser uno de los referentes provinciales en el CEAPI.

Carlitos también es ADI, pero además es alfabetizador y coordinador provincial del Plan de Capacitación Bi Alfa Mbyá Guaraní – Castellano. Se trata de un programa que busca alfabetizar a aquellos que ya no asisten a la escuela: los adultos de las 140 comunidades que hay que Misiones. Los materiales didácticos fueron diseñados por especialistas y docentes de la escuela 807, como el mismo Carlitos y Javier Rodas.

Nuevas prioridades para la escuela
Para la directora de Fortín Mbororé, el nuevo edificio no es solo un cambio de escenografía, sino la expresión más concreta de otros cambios que se han dado en la escuela y en la comunidad. O mejor, entre la escuela y la comunidad, que “hoy nos mira diferente y nos exige otra cosa”. Esas nuevas expectativas tienen que ver con preparar a los jóvenes para el futuro. “La escuela de antes era para acompañarlos a hacer las gestiones en el centro, para sus documentos y sus vacunas, pero hoy nos piden una escuela para formarlos para un secundario o para profesionalizarse más adelante”, cuenta Estela.

Desde la escuela también vieron esta necesidad de fortalecer el español entre estos chicos acostumbrados a los muchos idiomas de la frontera. Ricardo, el profesor de matemática, recuerda que al principio los pocos egresados que se animaban a la escuela secundaria en Puerto Iguazú duraban muy poco. “Después de muchas reuniones y debates nos dimos cuenta que tenía que ver mucho la lengua: como comprendían muy poco del castellano, en otras escuelas abandonaban”, cuenta.

Hacer lugar a lo nuevo
Rosendo Moreira chamán de Fortín Mbororé. Parte de su trabajo y obligación es contar la cultura, trabajo que también cumple en la escuela, donde es invitado con frecuencia para hablar de “la cultura de antes”. “Muchas costumbres de antes se abandonaron, los chicos no las conocen aunque tienen abuelas y abuelos que las pueden contar”, piensa SilvinoPero esto, en coincidencia con el cacique, no necesariamente representa un problema, porque hay nuevos saberes que ocuparían el espacio de las tradiciones. Porque “es bueno que los chicos estudien, eso es un futuro para ellos.”

La nueva organización de la enseñanza, las decisiones comunitarias que la sustentan y la presencia menos constante de la palabra de los abuelos, parecen plantear para la comunidad de Mbororé una situación de transición. En eso, en la resolución de la tensión entre tradición y cultura del blanco, queda mucho camino por recorrer. Un camino donde la mirada está puesta en el futuro pero también en la experiencia de otras comunidades que ya lo han recorrido, como las comunidades del Chaco, el sur argentino o incluso los guaraníes de Brasil. Y en esto, maestros, jóvenes y abuelos están de acuerdo.
Más escuela, más futuro.
En el año 2010, la situación precaria de los jóvenes de la comunidad comenzó a ocupar buena parte de la agenda mediática local, lo cual interpeló a varios docentes de la zona. Fue así que Alejandra González y su marido Jorge Vallejos, de una escuela secundaria cercana (el BOP 89) junto al maestro de la 807 Javier Rodas, realizaron un censo para evaluar la demanda y elaboraron un proyecto para la apertura de un secundario bilingüe. “En la otra escuela, me llamaba la atención que las chicas quedaban embarazadas muy jóvenes y dejaban la escuela, más tarde los varones”, dice Alejandra, “no llegaban ni a terminar el primer año: desde 2009 que empezamos solo egresaron tres chicos y hoy hay solo cuatro alumnos de Fortín Mbororé cursando”.

Su trabajo y preocupación dieron resultado. En 2014 se inauguró el Bachillerato Orientado Provincial N° 111 Tekoa Fortín Mbororé, la primera escuela secundaria de jóvenes y adultos de la provincia ubicada dentro de una comunidad indígena y una de las primeras del país. Alejandra es la orgullosa directora, feliz de poder dar respuesta a las preocupaciones que manifiesta la comunidad sobre la formación para el trabajo y para el futuro. “Hoy asisten 69 estudiantes, de 16 a 34 años, incluidos el segundo y tercer cacique”, cuenta. Y a pesar de que recién empiezan, considera la experiencia un éxito.“ De a poco, con compromiso y responsabilidad, dándoles lugar para que participen a través de asambleas, donde ellos se van expresando y van hablando, vamos funcionando”.

Fuente: El Monitor
Fotografías: Eduardo Rey y José Javier Rodas

Parientes



“Oh Tú, Poder de donde el sol se pone,

¡Tú eres un pariente!

Oh Tú, Poder de donde vive el gigante,

¡Tú eres un pariente!

Oh Tú, Poder de donde sale el sol,

¡Tú eres un pariente!

Oh Tú, Poder de allí donde siempre miramos,

¡Tú eres un pariente!”

Alce Negro


Fuente: La conciencia de los indios

Sembrar…


"Todas las cosas que salen de ti, regresan a ti. Así que no es necesario preocuparte por lo que vas a recibir. Mejor preocúpate por lo que vas a dar".


Gentileza de Carmen Alicia Robles

Infancias (Mario Benedetti) / Nana para un niño indígena (Ismael Serrano)







Tabaco Planta sagrada


Texto de: Mandala - Shamanic Healing

El Tabaco es una planta sagrada y de poder que a lo largo de la historia ha sido mal utilizada por el mundo occidental quien se ha encargado de desacreditarla despojándola por completo de su sacralidad.

El uso de esta maravillosa planta se remonta a las antiguas civilizaciones indígenas americanas quienes utilizaban el Tabaco para sus rituales de limpieza y sanación física y espiritual; así mismo cuando realizaban el Círculo de Palabra alrededor del fuego, encendían la “pipa” que contenía la planta para ser “sahumada”. Lastimosamente fue introducida a nuestra cultura occidental convirtiéndola en un hábito y agregándole componentes químicos que convirtieron al Tabaco en un elemento adictivo y mortal.


He querido recuperar y retomar algunas costumbres ancestrales mediante el uso del sagrado Espíritu del Tabaco en los rituales de sanación; es una labor que en algún momento de mi vida me fue encomendada para poner al servicio de la humanidad con todo el amor y responsabilidad recordando siempre que es una planta sagrada; que su poder de sanación es inmenso y que a través de su Sagrado Espíritu nos permite ver más allá del plano material, agudiza los sentidos, aclara la mente, equilibra y armoniza el cuerpo físico y que actúa de acuerdo a la intención del Ser que hace uso de él; de ahí la importancia del estado energético en el que estemos vibrando; es decir, que nuestra intención sea siempre amorosa e impecable.

El Tabaco no se “fuma”, se “sahuma”, y es el humo sagrado del “Abuelo” el que limpia, cura y sana cuerpo, mente y espíritu. – (Paya Thaniy Sunqu)
“Y con mi aliento yo curo, con mi Tabaco yo rezo y a mis Abuelos les pido la memoria de mi compromiso” (Con mi Tabaco – Alonso del Río).
Compartido por Fernándo Emilio Flores

La Vida


No vivas pensando en “menos” ni en “más”,
sino en “GRACIAS”.

Recibe la vida como un regalo.
Alejandro Jodorowsky


Primera enfermera universitaria wichi



Escribe: Valeria Román

Graciela Gutiérrez se recibió en la Universidad Favaloro. “No olvido lo que aprendí en mi comunidad”, asegura. “De chica jugaba a curar muñecos de barro, hoy lucho contra la desnutrición”.

Cuando era niña, Graciela Gutiérrez no andaba con muñecas de plástico. Ella fabricaba muñequitos de barro y jugaba a ponerles inyecciones y a cuidarlos. Ahora cuidará personas de carne y hueso de manera profesional: es la primera enfermera universitaria de la comunidad wichi recibida en una universidad.

Todos la conocen como Lucy. Tiene 29 años y nació en el pueblo de Misión Chaqueña, en la provincia de Salta. No conoció a su papá, vivió con su madre, sus abuelos y dos hermanos menores. Y siempre quiso ayudar a los demás. Cuando era chica, se acercaba a las personas mayores para darles apoyo en la acción de prender el fuego o ir a buscar agua, en una zona donde el líquido aún escasea.


La enfermera wichi. Graciela Gutiérrez (29) delante del Hospital Británico de Buenos Aires, donde trabaja. Fotografía: H. Rojas
Mientras cursaba la escuela secundaria, hacía artesanías y las vendía para comprar sus útiles escolares. Pero tenía en mente su futuro: su vocación. “Siempre quise ser enfermera y siempre recordé lo que me decía mi abuela: Si es lo que quieres debes estudiar”, cuenta a Clarín.  Cursó primero un estudio terciario de enfermería en Tartagal, con una beca que recibió de una organización inglesa. Más adelante, conoció al médico Alejandro Nolazco, quien la ayudó a viajar a Buenos Aires para hacer una pasantía en el Hospital Británico. Luego pasó por el Hospital Austral de Pilar. Estudió la carrera de enfermería de la Universidad Favaloro y ahora se recibió: es la primera enfermera universitaria de su comunidad.  “En mi trabajo como enfermera, no olvido todo lo que aprendí desde la cuna. Quiero tratar al paciente de la mejor manera para que se sienta bien consigo mismo y conmigo también. En la cosmovisión de nuestra etnia wichi, siempre hay que hacer sentir al otro como si estuviera en su propia casa”.  Espera atender pacientes de todas las culturas y también trabajar en su comunidad wichi para compartir todo lo que aprendió en años de estudio. “Quisiera  ser también educadora para que haya más enfermeros, para luchar contra las diarreas y la desnutrición de los niños, y contra el cáncer de cuello uterino que mató a varias mujeres jóvenes que conocía. También quisiera que la gente pueda acceder al agua potable”.

Por el avance de la “gente blanca”, algunas costumbres de los wichis han cambiado de manera dramática. Antes, solían salir a cazar pero hoy ya no pueden hacerlo: “Por la tala de bosques, no hay mucho por recorrer”.

También la misma lengua wichi está al borde  de la extinción porque tiene cada vez menos hablantes. Ella la habla y colabora como intérprete en el diálogo que se da entre pacientes y el grupo de médicos del programa de responsabilidad social del Hospital Británico, que viaja varias veces al año al Norte para brindar atención médica. “Me gusta ayudar en la comunicación”, concluye, con transparencia y convicción en la mirada.

Fuente: Diario Clarin – 19 de Mayo de 2.013

Yo Tengo Un Sueño - Martin Luther King


Fuente: Eduardo Galeano - Los hijos de los días


viernes, 28 de agosto de 2015

Jakairá



Jakairá
Estas con tu manto
De brumas en Jasy Porã
Los vientos nuevos
Traen esperanza impar
A los Kyryngues
Sagrada niñez
En este camino,
Un nuevo destino
De Futuro Cierto
Tú estás aquí
Con Nuestras Raíces
Niños felices
Yvy Marãe'

José Javier Rodas 
28 de Agosto de 2.015


Fotografía: Escuela Jasy Porã por Gabriela Balmaceda

Glosario:
Jakairá   Dios Mbya Guaraní de la Neblina Vivificante
Kyryngues Niños en Lengua Mbya Guaraní

Locos


Respeto a todos los q están lo suficientemente locos para creer que pueden cambiar el mundo, porque son ellos los que muy probablemente lo harán.
Steve Jobs

 Cacique Roberto Moreira - Febrero de 2.014
El sueño de la futura Escuela en Jasy Porã